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Tai Chi Kong para conectar con nuestra esencia

El Tai Chi Kong desde la perspectiva china tradicional, se considera que este vasto universo tiene un origen, un devenir, un orden perfectamente armonioso en sus infinitas transformaciones y movimientos cíclicos. Se le ha denominado Tao a este gran orden y a los principios subyacentes de toda esta misteriosa y maravillosa existencia.

Desde esta perspectiva, se plantea que todas las creaciones manifiestas en el cosmos proceden de una misma fuente original, infinita, indistinta, la cual contiene todo el potencial de la vida en estado latente- el Wuji (Wu Chi)-.

De esta fuente de vida en estado latente, emerge todo lo creado, manifestándose y transformándose constantemente gracias al interjuego de dos principios opuestos, que se sostienen mutuamente. El dinamismo constante del interjuego Yin Yang, permite el movimiento, el cambio, la transformación infinita en todo proceso, desde los niveles más micro hasta los niveles más macro que conforman este plano de la existencia. Desde el lenguaje taoísta, se denomina Taiji (Tai Chi) a la dimensión de lo creado, en todas sus manifestaciones.

En ese sentido, cada ser, cada organismo, cada fenómeno manifiesto en este vasto universo, proviene de la misma gran fuente de origen, se desarrolla acorde a los mismos principios subyacentes y está hecho de una misma materia prima esencial. Esta energía original emerge al plano de lo manifiesto integrando una serie de informaciones particulares, adquiriendo un conjunto de vibraciones específico y dando como resultado una configuración energética única e irrepetible, en constante transformación.

El Tai Chi Kong se abre como un camino que nos permite ir desarrollando la toma de conciencia- y la generación de herramientas para ir armonizando-, desde los aspectos más externos hasta los más profundos y esenciales de nuestro Ser. Al ir concientizando y armonizando nuestras capas y aspectos más externos, vamos accediendo de forma más directa y clara a los aspectos más profundos, sutiles y esenciales de nuestra existencia.

En este proceso de toma de conciencia y armonización de nuestro Ser, nos vamos encontrando con los principios del Taiji funcionando y operando en nuestra propia y particular experiencia de vida. En la medida que vamos concientizando y armonizando las capas más profundas de nuestro Ser, nos vamos acercando a nuestra esencia primordial y, por lo tanto, a nuestra fuente de origen, al Wuji.

Esta misteriosa y maravillosa existencia está funcionando en cada una de sus partes. Somos porciones del Wuji, manifestadas en el plano del Taiji, funcionando acorde a los principios del Tao. Conociéndonos a nosotros mismos, conocemos también los misterios de esta maravillosa existencia, el constante y dinámico interjuego del Yin y Yang, el infinito movimiento cíclico entre Wuji y Taiji

“Está en la naturaleza de la Gran Virtud seguir al Tao y sólo al Tao ¿Pero, qué es el Tao?… Es el origen de todas las cosas ¿Cómo conozco el origen de todas las cosas? Por lo que hay dentro de mí”.[1]

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[1] Lao Tse, cap. 21, “Tao Teh King”.